lunes, 4 de octubre de 2010

Cuando escribo.

Me aterra un papel en blanco como poco en esta vida. Pero una vez el lápiz toca el folio, la mano comienza su vals y no para hasta el último compás. El alma se separa del cuerpo y viajo hacia donde no existen los límites. El corazón se realentiza o se acelera con cada palabra y me fundo con cada personaje de tal manera que acabo viviendo sus vidas, sintiendo sus caricias, sufriendo con su pérdida.
 Mientras escribo no existo, no hay ruido, no hay casa, ni ciudad, ni hambre, ni sueño. Mientras escribo soy yo y a la vez soy todo el mundo. Mientras escribo rio, lloro, me enamoro y muero, todo a golpe de papel...
 Nunca he sentido una pasión tal por nada, ni por nadie. A veces me alejo de mis letras para mirar con perspectiva lo que hago y al poco mi cabeza vaga sola por historias que nunca he leido, y es cuando sé que debo volver a escribir; es como si un sobrante de mí, debiera ser plasmado en algún sitio. Lo amo y lo odio a partes iguales, por que consume mi tiempo, me deja sin muñeca y sin vista, pero me hace sentir viva, realmente viva...

2 comentarios:

  1. Éste, es sólo el primer post de lo que sé que serán muchos, y de gran calidad (y no me hace falta ser Rappel para saberlo). Larga vida a la Gaveta de Letras by Rbk.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta que te metas en un nuevo proyecto...
    Disfruta y adelante!

    ResponderEliminar