sábado, 18 de diciembre de 2010

EL SUEÑO DEL POETA.

Me dijeron que no existías,
que dejara de buscar.
Me hicieron olvidarte,
renuncié a amar.

Pensé ser sólo yo,
la locura de una edad.
Lloré en silencio,
arropada por la oscuridad.

Pero el tiempo pasó,
y tu mirada apareció,
y mis días renacieron,
y lo imaginado se hizo real.

¿Podré, algún día,
amarte cómo espero?
¿Podré llegar a realizar
la ilusión de una chiquilla?

Princesa de cuento,
soldadito de plomo,
campanilla olvidada,
lágrima de unicornio.

Poeta descarriado
aquel que ama
el pulso de las letras
que desempolva de su memoria.

Pobre del que ame
a través de los libros.
Las historias se vuelven velas
apagadas por el aliento.

Déjame perderme
una vez más entre tus dedos.
Mi corazón palpitará
al mismo son que mis sueños.

3 comentarios:

  1. amar los libros, los sueños y que te pidan renunciar siempre va unido, pero desde luego que tu latido profundo jamás te lo podrán quitar, me gusta mucho el poema.

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