viernes, 13 de mayo de 2011

LA ALARGADA SOMBRA DEL VOLCÁN.

 Odio los atascos y más en Julio, el calor se pega y no te deja pensar. Quizás no sea tan malo, últimamente pienso demasiado. Puede que por eso me haya gastado el dinero que casi no tenía en el basket, o tal vez sea por que mi equipo, los San Antonio Spurs, están camino de conseguir otro anillo de la NBA. Ya no sé ni lo que digo, amo el basket, por qué no iba a venir.

 Pero, cómo no voy a pensar. Voy a ser padre, padre de un niño que no conocerá a su abuelo. Tampoco es que yo lo conociera en demasía. Mis padres se separaron siendo yo tan pequeño, que su presencia se limitó a partidillos y regalos. Ahora me doy cuenta, nunca le pregunté tantas cosas. Hubiera podido saciar la curiosidad gigantesca que ahora tengo.
 Ya hace un mes. Un mes de treinta días de desconcierto, desconcierto que se convirtió en rabia, en aflicción y finalmente en millones de pequeñas y grandes preguntas que hace que lo eche más de menos.
 Si supiera que tres días después de enterarme de su muerte tuve que ir a recoger sus cosas al despacho de la Universidad y acabé leyendo sus libros, sus notas, no se lo creería. Ahora me arrepiento de no haberlo escuchado más, de no atender a las clases magistrales de Historia que me daba. Recuerdo que le brillaban los ojos, como sonreía cuando hablaba de América y de todos los pequeños detalles que llegaron a hacer a este país de emigrantes en un país con fobia a la emigración, pero que sin ella, no hubiera llegado a ser lo que es hoy. ¡Vaya! Al final sí que se me quedó algo.

 Llevo más de tres semanas leyendo las miles de páginas que conforman las notas de décadas de trabajo en la Universidad. Tanta información que en ocasiones me aburre soberanamente, y en ocasiones me divierte más que la mejor de las novelas. Pero nunca imaginé la casi obsesión que sentía mi padre por una historia sencilla y casual como era la fundación de nuestra ciudad, San Antonio. Algo que se aprende en los colegios y que yo hubiera jurado que ya lo tenía todo escrito. Pero mi padre fue más allá, llegó hasta los personajes, llegó a escudriñar el factor humano de una historia apasionante salpicada por el omnipotente azar, las ilusiones y el amor a una tierra que esas personas dejaron atrás, trayéndose consigo la esencia de un pueblo hecho con sal, vino, gofio y fuego. Bueno, era así como los describía mi padre, incluso llegó a comprarse guías turísticas de las islas de las que venían nuestros fundadores.
 Canarias; jamás he oído hablar de ellas, hasta hace dos semanas que las encontré, por primera vez, entre las notas de mi padre. Pertenecen a España, pero se encuentran en África. ¿Quién se va a fijar en algo tan pequeño justo al lado de un desierto? Pero son ciertamente fascinantes, mi padre no se equivocaba.
 He avanzado pocos metros. Cuando hay partido la ciudad se paraliza, y más cuando lo que hay en juego es un anillo. Qué ciudad más grande. Americanos, hispanos, chinos, árabes. EEUU se compone de tantas culturas y yo sé tan poco de cada una de ellas. Todos deberíamos empezar por conocernos a nosotros mismos, de dónde venimos, el por qué de nuestras costumbres, nuestra religión, nuestra comida…

- ¿Sabes que el vino ha sido nexo entre civilizaciones a lo largo de la historia? - me decía mi padre siempre que saboreaba un Merlot, su vino favorito. - El vino ha unido y arruinado naciones. Ha dado a conocer mundialmente regiones pequeñísimas que producían caldos dignos de reyes y dramaturgos.-

 Ahora sé que se refería a Canarias, ojalá hubiera escuchado el resto de su discurso, pero siempre, alguno de los dos, acababa teniendo prisa.
 Por fin dentro, el estadio está que se cae. Lleno absoluto. Más de 18000 personas rugiendo nerviosas.  El corazón se me va a parar en cualquier momento. No tendría que haber venido sólo, así podría hablar con alguien. Aunque seguro que lo aburriría con todo lo que ahora sé. Unas islas, un barco, un viaje que hizo posible la realidad que hoy vivimos todos los que estamos aquí, sin embargo, me parece ser el único que sepa toda la verdad… ese diario ¿sería real?, ¿estaría mi padre ante el descubrimiento de su carrera?…


CONTINUARÁ... 

3 comentarios:

  1. Con una frase hecha, lejos de menospreciar este fragmento, todo lo contrario, queriendo alavarlo:
    SIN COMENTARIOS. Aplausos que dedico y uniendome al comentario de Juancho García, volveré ansioso en busca de la seguidilla...

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  2. muchas gracias. Pronto, muy pronto, segunda parte!!!

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